UNA MÉDICA DE STAR COMMUNITY HEALTH MEJORA SU FLUIDEZ EN ESPAÑOL DURANTE SUS ESTUDIOS EN LA FACULTAD DE MEDICINA DE COLOMBIA
Hoy, la Dra. Markosian está haciendo su primer año como residente médica en St. Luke’s Family Medicine Residency – Sacred Heart. Atiende en el Sigal Center de Star Community Health, donde un tercio de los pacientes de medicina familiar informan que el español es su idioma principal.
Emigró de Colombia a Estados Unidos con su familia cuando tenía tan solo cinco años. Su padre, un fisioterapeuta, fue contratado para practicar fisioterapia en Estados Unidos en los años noventa. La familia se estableció en Woodbridge, Nueva Jersey, donde creció la Dra. Markosian. Se graduó en la Universidad de Staten Island con un título en psicología y una asignatura secundaria en español.
“Mi padre quería que fuera fisioterapeuta y me convirtiera en su socia”. “Pero, cuando me aceptaron en la facultad de fisioterapia, no estaba emocionada, no tenía nada que ver conmigo. Mi padre me dijo: ‘Creo que tu campo es la medicina. Ve a la facultad en Colombia, yo la pagaré, es mucho más económica allí’. Una vez que empecé, supe que era mi vocación”.
Después de graduarse en la Universidad Metropolitana en Barranquilla, Colombia, volvió a Estados Unidos. Pero, para poder ejercer, debía aprobar el Examen de Licencia Médica de los Estados Unidos (United States Medical Licensing Examination, USMLE). Mientras estudiaba, estaba distraída debido a una preocupación por su madre, que tenía enfermedad renal crónica. Después de tener COVID, su madre falleció, solo unas semanas antes de su segundo examen. La Dra. Markosian aprobó la prueba, un triunfo para toda su familia.
Cuando llegó el momento de elegir un programa de residencia, la Dra. se enfocó en instituciones educativas que estuvieran cerca de su familia. Se postuló a programas en Nueva York, Nueva Jersey y Pennsylvania, pero su primera opción era St. Luke’s Family Practice – Sacred Heart.
“Cuando tuve la entrevista con los residentes de aquí, parecían realmente felices y recomendaban el programa", comentó. “Noté que muchos de los residentes anteriores son parte del personal o trabajan en alguna parte de St. Luke”. También le gustó que los residentes pudieran hablar directamente con los médicos especialistas responsables. Además, el programa tenía un centro de simulación de la red, en el que los residentes usaban simuladores robóticos para desarrollar sus habilidades clínicas y procedimentales.
“Cuando me enteré de que me habían aceptado, me puse muy contenta”. “Era un ‘sí’, al 100 %. Apenas tuve la entrevista, llamé a mi padre y le dije que estaba segura de que este era el programa para mí. Quiero ayudarlos”. Parte de lo que la atrajo fue la oportunidad de trabajar con pacientes hispanohablantes.
“Cuando entro al consultorio y le digo ‘hola’ a un paciente hispanohablante, parece que su mundo se ilumina y se les dibuja una gran sonrisa. Es un hermoso sentimiento para un médico. Como hablo español, puedo comunicarme de forma efectiva con ellos y obtener mucha más información para hacer un diagnóstico preciso. Tenemos una conversación profunda y me brindan información sobre lo que está ocurriendo en sus vidas”. Como ella habla y se ve como ellos, algunos pacientes hispanos se sienten más cómodos compartiendo información íntima. Por ejemplo, algunos inmigrantes recién llegados le cuentan cosas que les han pasado en su país de origen, incluyendo abuso sexual o físico.
Cuando se les pregunta a los pacientes por qué evitan la atención médica o no toman los medicamentos que les recetan, algunos admiten que es por falta de dinero. La Dra. Markosian les informa sobre los servicios que pueden ayudarlos, incluyendo el programa de pago con escalas móviles de Star Community Health. También decide si un paciente puede beneficiarse de los servicios de salud conductual y le da una derivación para un proveedor del Sigal Center.
La Dra. Markosian comentó que aunque las personas hispanohablantes pronuncian las palabras de forma distinta y hay muchos dialectos, se puede comunicar con facilidad con las personas de casi todos los países de habla hispana, incluyendo México, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia y Perú.
“Al fin y al cabo, somos todos latinos”, afirma. “Debería haber más médicos latinos, ya que podríamos hacer mucho en nuestra comunidad para brindar atención médica de calidad”.